Recuerdo aquellos días en que conocía un único motor de búsqueda: Yahoo.com con el tiempo llegó altavista.com luego pero no duro mucho c4.com y después alguien me dijo, busca en Google y allí empezó todo.
¿Alguna vez has sentido curiosidad por explorar nuevos horizontes en el vasto cosmos del internet? ¡Yo sí! No cabe duda de que dejar de usar Google como único motor de búsqueda ha sido una travesía llena de altibajos, pero también de grandes aprendizajes. Me he aventurado en el mundo de DuckDuckGo y hasta me he atrevido a instalar mi propio buscador usando SearXNG. Sorprendentemente, la experiencia ha sido reveladora.
DuckDuckGo me atrajo primeramente por su promesa de privacidad. Curiosamente, en una era donde los datos personales se han convertido en el nuevo oro negro, la idea de navegar sin ser rastreado era tan refrescante como una bocanada de aire fresco en una mañana de primavera. No puedo evitar preguntarme, ¿por qué no lo intenté antes? Al principio, sentí una ligera desconexión —como cuando cambias de cinta de correr en el gimnasio—, pero poco a poco fui apreciando su simplicidad y la ausencia de anuncios personalizados. De todas formas, esa sensación de ser libre, de no estar constantemente vigilado, valió cada pequeño ajuste que tuve que hacer.
Después de unos meses con DuckDuckGo, quise ir un paso más allá. A propósito, había leído sobre SearXNG, un motor de búsqueda descentralizado que puedes personalizar a tu antojo. La idea de tener mi propio buscador doméstico sonaba a una hazaña digna de un loco, pero estaba decidido. Una tarde, me puse manos a la obra. Ahora bien, no puedo mentir, al principio me sentí como un pez fuera del agua. Instalé, configuré y, por supuesto, cometí errores en el proceso. Pero esa chispa del descubrimiento encendió algo dentro de mí.
Un detalle curioso ocurrió durante el proceso. Mientras intentaba solucionar un problema de configuración, me encontré en un foro de entusiastas donde conocí a Juan, un desarrollador de software en Barcelona que también había instalado SearXNG. Fue un encuentro virtual que resultó ser bastante fructífero. Su consejo, «Simplifica primero, complica después», se convirtió en mi mantra. Además, la solidaridad en aquella comunidad me recordó algo: el internet es mucho más que grandes corporaciones; también está compuesto por personas como tú y como yo, compartiendo conocimientos y experiencias.
Ahora, meses después de esa aventura inicial, no solo siento que he ganado nuevas herramientas, sino que también he ampliado mi perspectiva sobre el vasto universo digital. Cada vez que realizo una búsqueda, me invade una extraña mezcla de satisfacción y orgullo, sabiendo que he salido de mi zona de confort. He notado que la variedad de resultados y enfoques me permite ver las cosas desde ángulos que antes no consideraba.
Ahora, meses después de esa aventura inicial, no solo siento que he ganado nuevas herramientas, sino que también he ampliado mi perspectiva sobre el vasto universo digital. Cada vez que realizo una búsqueda, me invade una extraña mezcla de satisfacción y orgullo, sabiendo que he salido de mi zona de confort. He notado que la variedad de resultados y enfoques me permite ver las cosas desde ángulos que antes no consideraba.
Entonces, si alguna vez te has sentido atrapado o simplemente curioso, te animo a que te lances a probar algo nuevo. Quizás no sea pan comido al principio, pero, sin duda alguna, te brindará una perspectiva fresca y enriquecedora. ¡Adelante! ¡No te lo puedes imaginar lo que podrías aprender en el camino!